Los Motes

 

Manuel Ureba Alba
Salvadora Ruiz Sánchez
Petronila González Almazo
María Puente Sánchez
Francisco Rodríguez Sánchez



Conil en la memoria. Su gente


“Cada villa, su maravilla”; cada lugar, su modo de arar”, dice el refrán en alusión a que en cada sitio hay su costumbre y tienen su forma de ser y hacer.


Vivir en un pueblo implica la necesidad de conocerse y relacionarse con los vecinos, a diferencia de la anonimia que impera en la ciudad. Los apodos son elementos de familiaridad y cercanía, estrechan lazos y llegan a formar parte del patrimonio etnográfico. En buena medida son necesarios, ya que en los pueblos son numerosos los individuos que comparten nombre y apellido, por lo cual el apodo concreta la naturaleza de la persona y llega a convertirse en elemento importante hasta el punto de convertirse en referencia de clan, de ahí su importancia. García o Martínez no dice nada, pero el apodo lo dice todo. Y no es cosa de hoy.  De hecho los apodos dieron lugar a los apellidos a finales de la edad media, así como los gentilicios: la gente se llamaba zapatero, herrero, pastor, pescador, carnicero, etc. referido a la ocupación que tenían o habían tenido sus abuelos; de la misma manara aparecieron apellidos como Valenciano, Toledano, Sevillano, Murciano, Aragonés, etc. debido a la procedencia de las personas.  Otro tanto cabe decir de los apellidos de localización, como De la Calle,  De la fuente, De la cuesta, Del monte. Primero fueron los apodos y luego los apellidos, En el siglo XVI era frecuente poner junto al apelativo una referencia sobre la procedencia o lugar donde se vive, e incluso del sitio, calle o plaza donde se reside. Asimismo dieron juego los trabajos y oficios; los defectos físicos o psíquicos. 

El mote, sin embargo, nace con una finalidad peyorativa, originado por alguna condición negativa, defecto físico,….y en su origen está referido a una persona en concreto. Lo que ocurre es que, con el tiempo, se puede convertir en apodo, abarcando a un linaje más o menos extenso. 
Lo cierto y verdad es que, tanto unos como otros, son de una variedad y riqueza tremendas y reflejan ingenio y, en ocasiones, lo que se puede llamar coloquialmente mala idea, especialmente los motes.






No hay comentarios:

Publicar un comentario